DE REGRESO

Ayer, domingo 5 de agosto, a las 4 de la tarde sonó el teléfono y en la pantalla un larguísimo número raro que avisaba que solo podía ser de nuestro montañero amigo José Saldaña, para contarnos los últimos acontecimientos ocurridos allí en la Cordillera del Karakorum. El teléfono satélite hacía que la voz se oyese con dificultad, pero eso no fue óbice para que le reiterase la felicitación por los éxitos logrados y le transmitiese los mensajes que decenas de compañeros, amigos y seguidores suyos intentan hacerle llegar.

Nos cuenta que el estado de salud de los expedicionarios es bueno, aunque se encuentran al borde de la extenuación. El ánimo es extraordinario, pero late la preocupación, puesto que no cesa de nevar en los últimos días y se encuentran bloqueados en el Campo Base y lo que es peor, los porteadores no son capaces de acceder a él para ayudar en el descenso por el Glaciar Baltoro que habrá que recorrer antes de llegar al punto donde ya sí podrán ser recogidos y trasladados en todoterreno hasta Skardú, camino a Islamabad, para tomar el avión que, via Londres, los traiga a nuestra ciudad, donde tienen previsto llegar el próximo domingo.

El relato de los pormenores de la expedición lo reservamos para que sea el propio Saldaña quien, en primera persona, nos haga vivir su aventura.